jueves, 28 de febrero de 2008

Qué es LA QUINTA DEL ÑATO

Así se le llama -al menos en Buenos Aires- en lunfa o en el habla del pueblo, al cementerio; pero ¿por qué?

Esto se preguntaba la editora i reponsable y hurgó por distintos diccionarios (de lunfardo y de voces argentinas) hasta que, uniendo cabos, concluyó:

Porque una quinta es –entre otras cosas– un lugar para descansar, o de reposo; y ñata es una manera popular de llamarle a la calavera, que carece de nariz.

De manera que la quinta del ñato es el lugar de descanso de la calavera.

Y como esto resultó muy fácil de deducir y a la i responsable le sobró tiempo, decidió buscar para los estimados lectores una milonga que solía cantar Edmundo Rivero, cuya letra pertenece al gran Borges y cuya música, a Astor Piazzolla, y que les reproduce a continuación, para que vean que el Maestro no siempre escribía en difícil y además tenía un fino sentido del humor. Aquí va:


EL TÍTERE

A un compadrito le canto
que era el patrón y el ornato
de las casas menos santas
del barrio de Triunvirato.

Atildado en el vestir,
medio mandón en el trato;
negro el chambergo y la ropa,
negro el charol del zapato.

Como luz para el manejo
le firmaba un garabato
en la cara al más garifo,
de un solo brinco, a lo gato.

Bailarín y jugador,
no sé si chino o mulato,
lo mimaba el conventillo,
que hoy se llama inquilinato.

A las pardas zaguaneras
no les resultaba ingrato
el amor de ese valiente,
que les dio tan buenos ratos.

El hombre, según se sabe,
tiene firmado un contrato
con la muerte. En cada esquina
lo anda acechando el mal rato.

Un balazo lo tumbó
en Thames y Triunvirato;
se mudó a un barrio vecino,
el de la Quinta del Ñato.

J.L. Borges


COMENTARIOS DE LOS LECTORES

Sra. Editora:
Muy bien logrado el clima funebrero; sobre todo conmueve la familiaridad de la Redacción con la trucha de la parca (cariñosamente y con respeto, por las dudas). No deja de ser auspicioso y plausible el esfuerzo de la i responsable por acercarse al habla canora del Río de la Plata.
Acudir a Borges, Piazzolla, y Rivero no es poca cosa, y merece destacarse.

Humildemente me permito una breve relación con la quinta del ñato. Existe en lunfardo -podría decirse que existía, pues hoy ya casi no se usa- otra expresión para llamar a las necrópolis, y es la casa del pueblo, aludiendo tal vez a que allí vamos todos, desde los paquetes habitantes del Barrio Norte, hasta los trasnochados porteños de Enrique González Tuñón en Camas desde un peso (Salud, poeta !!!).

Como verá, tanta poesía ‘me pudo’ y hoy me permito un descanso en mi inveterado hábito de destilar veneno.

Cordialmente,
El Alacrán.

domingo, 24 de febrero de 2008

El Unicornio

Personas suspicaces, desconfiadas y, tal vez, mal intencionadas, que ponen en duda hasta la veracidad de la palabra escrita, han afirmado –y afirman– que los unicornios son animales sobrenaturales, lo que vale tanto como decir que no existen.

Borges dice que: "En la enciclopedia de Isidoro de Sevilla, redactada a principios del siglo VII, se lee que una cornada del unicornio suele matar al elefante".


Lejos del ánimo de esta editora el pretender enmendarle la plana al Maestro, pero desea transcribir a San Isidoro, que estrictamente dice:

"Griego es el nombre del rinoceronte, que en latín viene a significar ‘un solo cuerno en la nariz’. Se le conoce también como ‘monóceros’, es decir, ‘unicornio’, precisamente porque está dotado en medio de la frente de un solo cuerno de unos cuatro pies de longitud, y tan afilado y fuerte que lanza por alto o perfora cualquier cosa que acometa. Es frecuente que trabe combate con elefantes, a quienes derriba infiriéndoles una herida en el vientre. Es tan enorme la fuerza que tiene, que no se deja capturar por la valentía de cazador alguno; en cambio, según aseguran quienes han descrito la naturaleza de los animales, se le coloca delante una joven doncella que le descubra su seno cuando lo ve aproximarse, y el rinoceronte, perdiendo toda su ferocidad, reposa en él su cabeza, y de esta forma adormecido, como un animal indefenso, es apresado por los cazadores."


"El Rinoceronte", de Durero (grabado en madera, 1515).


Borges cita, además, este párrafo, referido al unicornio chino:
"En la Anthologie raisonnée de la littérature chinoise (1948), de Margouliès, figura este misterioso y tranquilo apólogo, obra de un prosista del siglo IX: Universalmente se admite que el unicornio es un ser sobrenatural y de buen agüero; así lo declaran las odas, los anales, las biografías de varones ilustres y otros textos cuya autoridad es indiscutible. Hasta los párvulos y las mujeres del pueblo saben que el unicornio constituye un presagio favorable. Pero este animal no figura entre los animales domésticos, no siempre es fácil encontrarlo, no se presta a una clasificación. No es como el caballo o el toro, el lobo o el ciervo. En tales condiciones, podríamos estar frente al unicornio y no sabríamos con seguridad que lo es. Sabemos que tal animal con crin es caballo y que tal animal con cuernos es toro. No sabemos cómo es el unicornio."


Por su parte, Dn. Sebastián de Cobarruvias lo describió en su Tesoro de la Lengua Castellana o Española –el primer diccionario del idioma–, en 1610, y dice textualmente:

"UNICORNIO. Es un animal feroz, de la forma y grandor de un cavallo, el qual tiene en medio de la frente un gran cuerno, de longitud de dos codos. Está recebido en el vulgo que los demás animales, en las partes desiertas de África, no osan bever en las fuentes, por temor de la ponzoña que causan las serpientes y animales ponzoñosos, esperando que venga el Unicornio y meta dentro dellas el cuerno, con que las purifica. (...) El vulgo tiene también recebido dél, que si vee una donzella, se le domestica y se recuesta sobre sus faldas y, adormeciéndose en ellas, los cazadores llegan y le prenden, y por esto es symbolo de la castidad. Muchos otros animales ay que, por tener un solo cuerno, se podían llamar unicornios; pero éste para con nosotros se alzó con el nombre. Ay dél muchos hierolíficos, que por no ser molesto no los refiero aquí."
(A éste le pasaba como a la editora: tenía miedo de resultar plomizo).

Las definiciones son claras. Tanto San Isidoro como Cobarruvias describieron al unicornio con precisión. De Isidoro rescatamos que el unicornio es un rinoceronte, y tanto él como Cobarruvias nos cuentan qué ardid debe utilizarse para cazarlo.
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"La dama y el unicornio", c. 1602, fresco, Palacio Farnese (Roma),
atribuido a Domenichino (1581-1641), prominente pintor del Barroco italiano.
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Pero un siglo antes de que Cobarruvias lo describiera, Rafael retrató a un unicornio en el regazo de una dama.
Por el tamaño, el animal es más bien parecido parecido a un potrillito (¡de pony!) que a un rinoceronte, por suerte para la bella que lo tiene en brazos.
Y esta editora i responsable sostiene que si Rafael tuvo a un unicornio posando para él, entonces quiere decir que estos animales existían (concedamos que ahora no se los ve, pero pueden haberse extinguido).
De no ser así, estos tipos tienen que haber sido muy fantasiosos o haber estado macaneando.
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"La dama y el unicornio" (1505-1506) es una obra típica del Renacimiento italiano, pintada por Rafael Sanzio o Rafael de Urbino, quien vivió entre 1483 y 1520. Es un óleo sobre lienzo, de 67 x 51 cm, y está en la Galería Borghese (Roma).
En ella, la joven está situada ante una logia con columnas, que permite ver detrás el paisaje.
La composición tiene cierta semejanza con "La Gioconda" (1503-1506), pintada por Leonardo da Vinci (1452-1519), un óleo sobre tabla, de 77 x 53 cm, que está en el Museo del Louvre (París).
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Y ahora la i responsable -que espera hayan disfrutado de las imágenes y del texto-, tomando ejemplo de don Cobarruvias, por no ser molesta, hace mutis.


sábado, 23 de febrero de 2008

Qué significa TENER LA VACA ATADA

Tener la vaca atada

Este dicho, muy usado en la Argentina, nació cuando ésta era un país próspero –o algo parecido–, cuya principal fuente de producción era la actividad agrícola-ganadera.

En esos tiempos de esplendor económico –que comenzaron, aproximadamente, en 1880, durante la presidencia de Julio A. Roca y finalizaron con la crisis de 1929– las familias ‘acomodadas’, que tenían por costumbre viajar a Europa con sus hijos, llevaban también una vaca, para que a los críos no les faltara la leche fresca. Esto, por supuesto, era un signo de prestigio social y económico, o, si lo prefiere, una paquetería.

Y puesto que el animal viajaba atado, en la bodega del barco, "tener la vaca atada" tomó el sentido de "ser dueño de una situación, tenerla asegurada".

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No obstante lo dicho, esta editora i responsable ha podido averiguar que el arquitecto Peña estima que lo que se cuenta acerca de llevar la vaca atada es una exageración, pues solo hay documentado un caso .

Sea como fuere, la misma editora y responsables ha averiguado también que la vaca es una gramínea que crece mayormente en la Pampa, aunque también en chacras, jardines y otros bañados, y que no cualquiera tiene muchas. A veces, un granjero pobre tiene solo una vaca, y a esa la mima y la consiente como a hija única.

Uno de esos felices poseedores, el señor Ardohain, le ha contado que su única vaca se llama Pampita, y que es un poco excéntrica y caprichosa.

En la foto puede verse a Pampita, que ha decidido mantener atada con una cadena a una señorita con bikini.




Comentarios de los lectores:

El Gran Maestre dice que llevaban una vaca para que no le faltara leche fresca al niño "Macoco" Álzaga Unzué; pero que el fulano, en cuanto creció, puso un cabaret en New York -Morocco- y allí se hizo evidente que se había hecho adicto a las rubias platinadas y al whisky escocés.

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El Alacrán
dice que cuando Victoria Ocampo era niña y la llevaban a Europa, la vaca era parte del equipaje de su familia. Esta editora i responsable supone que también se beneficiaría de la costumbre la niña Silvina, hermana de la anterior, e imagina, además, que doblarían a la pobre rumiante en 4, o en 8, y la llevarían dentro de un bolso de mano, porque una vaca desplegada ocupa mucho espacio.

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El Maestro Zen Sato dijo que “la suposición anterior, sería válida si existieran las vacas plegables”.
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¡Vamos...!, Maestro. (N. de la E.i R.)

LA PRINCESA DE ÉBOLI

Juicios adversos de algunos lectores –se reproducen en la nota DUELO EN EL HIPÓDROMO NACIONAL– hacen que esta editora reivindique el derecho de las bestias de batirse a duelo; y como ha sido tratada de pesada, comprendiendo que los datos precisos son de poco interés en esta época en que la cultura debe ser predigerida y facilonga, es decir, acorde con las necesidades de los consumidores, que están pendientes de cosas más importantes –como por ejemplo saber cuál es el último modelo de teléfono celular–, y que viven muy apurados –tal vez para llegar antes al cementerio–, ha decidido contar una pintoresca historia pero de manera superficial, es decir “light”.


LA PRINCESA DE ÉBOLI


– ¿una dama de armas tomar? –




La bella del retrato, Ana de Mendoza y de la Cerda (1540-1592), fue hija única de una importante familia aristocrática española, y a los trece años se casó con Ruy Gómez de Silva, secretario del rey de España más admirado por la editora i responsable, que es Felipe II.
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Por su marido recibió el título de Princesa de Éboli, con el que se la conoce. Tuvo diez hijos, uno de los cuales se dice que era bastardo del Rey (un pobre I.T.S. que solo servía para engendrar – la i responsable conoce sabrosos datos, pero teme aburrir).
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La cuestión es que, a pesar de su ojo emparchado, la Princesa, a quien llamaban “la Tuerta”, era considerada una de las mujeres más bellas de su época.
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Hay opiniones encontradas con respecto a su ojo sin luz, pero algunos dicen que a los catorce años lo perdió en un duelo, cosa que la editora estima probable, ya que por otros hechos de su vida se sabe que era una dama bastante difícil.


Un poeta español escribió de ella:

Un párpado levantado
muestra la negra pupila,
que con su fuego aniquila
cuanto una vez ha mirado.
Y el otro cubre caído,
como venda bienhechora,
la pupila matadora,
que, cerrada, se ha dormido.


Ambiciosa y muy difícil de arrear, fue protagonista de numerosas intrigas cortesanas, y finalmente cayó en desgracia con el Rey, que ordenó su confinamiento de por vida.
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Comentarios de los lectores:


Dice la Niña Camila:
Por mi ínfima parte, solo tres cosas:
1: falta una s en la palabra "año", que deduzco quiso escribir su plural.
2: ¡Quiero los datos sabrosos!, ¡por favor!
3: Me interesa saber cómo se estimaba la belleza en esa época. Parece ser que, o no había minas comolagente, o los parches estaban a la última moda... vaya una a saber.
Arrivederci principesca, i, e tante grazie per l´ìnformazione ùtili.
Ciao

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Vamos por partes, como diría Jack.


Punto 1. La Niña Camila tiene razón: faltaba una "s" (el texto ya fue corregido). La editora le agradece la observación.

Punto 2. La i responsable recuerda que Felipe II (que era un católico fanático y, como tal, intolerante, además de un completo inútil, excepto para ciertos menesteres), se casó -una de las tantas veces que lo hizo-, con una tía segunda suya, María Tudor.

María Tudor, por Antonio Moro (El Prado)

La pobre era tan católica e intolerante como él, y el pueblo, que era protestante, no la quería.

Además, era feísima (mirá la foto) y muy mala, tanto, que la llamaban "Bloody Mary", es decir "María la sanguinaria", lo que no debería resultar extraño si se tiene en cuenta que era hija de Enrique VIII, un rey al que le fascinaba decapitar a sus esposas.

Esta bruja había nacido en 1516, y en 1554, es decir, cuando tenía 38 años y ya era evidente que estaba para vestir santos, se casó con Felipe, que era nueve años menor que ella y todavía no era rey de España.

Como podrás suponer, Felipe se casó por interés, ya que aspiraba a heredar la Corona de ella, que era Reina de Inglaterra. Pero la condición era que debían tener un hijo.

Así que Felipe, a quien la madre natura no había adornado precisamente con la valentía, hizo de tripas, corazón y se cruzó el canal de la Mancha para consumar el matrimonio.

Y parece que la cuestión funcionó de maravillas, al menos para ella, porque según datos de la época no solo le cambió la cara (cosa difícil de imaginar) sino también el carácter.

Pero Felipe rápidamente puso distancia con su esposa, y la pobre, que no sabía qué hacer para que se quedara a oficiarle de marido, con la esperanza de retenerlo, llegó a extremos tales como inventar -o suponer- que estaba embarazada; sin embargo, el suspicaz reinaldo olió algo raro, y cuando finalmente Bloody Mary cesó con la farsa de su embarazo, él se tomó el buque de regreso al continente, para encontrarse en Bruselas con su papá, que quería transferirle el poder.

María murió sin descendencia en 1558, y el inservible Felipe de España se quedó sin la corona de Inglaterra, dato que alegra a esta editora i responsable, no porque los ingleses le resulten más o menos simpáticos que otros, sino porque detesta a los inútiles con poder.


Punto 3. En cuanto a la estimación de la belleza, la i responsable confiesa que no sabía explicarlo, excepto, tal vez, acudiendo al trillado recurso de que los valores cambian con los tiempos. Así que se asesoró con el Alacrán, un octópodo-tordo muy culto que la socorre cuando cae en un bache, y este le dijo textualmente:

"El ideal de belleza, tanto en esa época como ahora, está en relación directamente proporcional con lo abultado de la cuenta bancaria (es decir, billetera mata galán)."

Esto puede parecer un tanto chocante (la editora es consciente de ello), pero si consideramos que a) doña Ana pertenecía a una de las familias más ricas y poderosas de la época, los Mendoza, y era hija única –y por tanto, única heredera–; b) que el futuro Felipe II la casó con su amigo y secretario de máxima confianza, Ruy Gómez de Silva, c) que desde la boda, el padre de Ana les cedió el título Condes de Mélito; d) que Felipe le concedió a Ruy Gómez el título de Príncipe de Éboli; e) que luego Felipe II lo nombró Duque de Pastrana y Grande de España (de manera que Ana de Mendoza fue la primera Princesa de Éboli y la primera Duquesa de Pastrana), no debería resultar extraño que cuando quedó viuda, siendo aún joven, nadie hiciera hincapié en un parchecito, por más inconveniente que ahora pueda parecernos. (N. de la E. i R.).

Sin perjuicio de todo lo cual, el Alacrán, a quien seguro no lo motiva la "cuenta bancaria" de doña Ana, ha comentado:

"Le queda bien el parche negro a la Principessa de Éboli (ricordo el filme de Francesco Rossi Cristo se detuvo en Éboli) aunque pensándolo bien creo que lo luciría mejor en otro lugar del cuerpo..."

Y esto confirma el dicho: sobre gustos no hay nada escrito.

UN DUELO EN EL HIPÓDROMO NACIONAL

El 28 de diciembre de 1894 el Hipódromo Nacional fue escenario de un duelo a muerte entre Lucio Vicente López y el coronel Carlos Sarmiento.

Lucio V. López era historiador, escritor –autor de La Gran Aldea–, abogado, y hacia 1890 comenzó a actuar en política. En 1893 llegó a ser interventor de la provincia de Buenos Aires, y ese fue el comienzo de su fin.

Había llegado a su conocimiento una denuncia por ventas indebidas de tierras en Chacabuco, y López le encargó a su ministro de Obras Públicas que investigara.

Las tierras habían sido vendidas al coronel Carlos Sarmiento.
López declaró nula la venta y los vecinos de Chacabuco aplaudieron. Luego promovió una acción criminal contra Sarmiento.

Sarmiento reaccionó en forma violenta: insultó al interventor en una carta publicada por “La Prensa” el 27/12/94 y antes de la firma estampó: “PROCEDA”.

López “procedió”: lo retó a duelo con pistolas, a doce pasos; y el lance tuvo lugar al día siguiente en el Hipódromo Nacional. Cuando los padrinos dieron la orden, los duelistas hicieron fuego. Las dos primeras balas se perdieron, pero el duelo era a muerte y volvieron a disparar. López resultó gravemente herido y murió al día siguiente. Tenía 46 años.

Puesto que los duelos estaban prohibidos, se ordenó la prisión del coronel Sarmiento y de los padrinos, pero no se pudo concretar la medida, porque ninguno de los ñatos estaba en su domicilio cuando los fueron a buscar (!). Y en poco tiempo Sarmiento fue absuelto del proceso iniciado en su contra, pues el duelo lo eximía de las responsabilidades determinadas en el Código Penal.

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Esos fueron los hechos, cuya relación descubrió el Alacrán en la revista “Buenos Aires nos cuenta”, mientras buscaba datos acerca de los hipódromos.

Esta editora i responsable leyó la crónica y se sintió sorprendida por el motivo del duelo, que mirado desde nuestro presente parece nimio... (dice “parece”), y se quedó encantada con la pintoresca historia (más allá de si la costumbre de batirse a duelo es aceptable o no), que muestra que solo los hombres de antes (y a veces también las mujeres) eran capaces de jugar a matarse por defender lo que entendían era su honor.

¡Esos eran hombres, qué embromar! A los flojitos de ahora no se les ocurre ni siquiera un duelo de esgrima a primera sangre, no vaya a ser que el rasponcito se les infecte...
Una verdadera lástima, con lo colorido que podría llegar a ser.

Pero la verdad es que la i responsable se sorprendió porque esperaba encontrar que los fulanos se hubieran batido por una mina, como Martín Fierro con el moreno, por ejemplo, o como el Ciruja del tango; porque ella aprendió con el gran Francisco Quevedo que el honor siempre anduvo cerca del culo de las mujeres, ¡y mire usté qué entendían por honor estos paparulos!


Comentarios de los lectores
Ríspidas opiniones, a saber:

Recuerdo con Cicerón que la fuerza es el derecho de las bestias. Estos seres con olor a alcanfor, naftalina y permanganato –en inmundo cóctel– me producen una encontrada sensación de lástima y de risa... algo así como los malos payasos de los circos de carpas agujereadas. La nota es buena... se cuida de caer en la apología del delito que el duelo implica. Mis respetos,
El Alacrán.

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Excelente. Son datos totalmente veraces, pese a lo plomizo, me recuerda el tema del duelo que tuve que exponer (lo elegí) en la clase de Dn. Pancho La Plaza, en Penal II.
Espero, si algún día me bato a duelo por amores contrariados u otro tipo de ofensa, contar con el padrinazgo del Alacrán, hombre leguleyo muy versado en estos menesteres.
El Gran Maestre.

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COMO SABEMOS, HAY HOMBRES QUE SE DEBEN A SU PÚBLICO.
AQUÍ EL VENENOSO ALACRÁN DA MUESTRA DE LA FIRMEZA DE SUS CONVICCIONES
. (Nota de la E. i R.).

Estimada editora i responsable:

Como artículo de previo y especial pronunciamiento solicito que el Gran Maestre de todas las Historias tenga a bien aclarar en qué menesteres considera versado a este hombre leguleyo, ya que no queda claro si es en el tema duelos o bien en el de los amores contrariados u otro tipo de ofensa.

Se aclara asimismo que el sustantivo hombre se acepta sin ambages (al menos por el momento); peticionando humildemente el infra, en lo que hace al vocablo leguleyo, que tenga a bien el ínclito Gran Maestro requirente del padrinazgo decir en qué acepción del Diccionario de la DRAE lo utiliza.

No obstante ello me apresuro a aceptar incondicionalmente tal función en lo que hace a asistirlo en un duelo, en cualquiera de sus formas que no signifiquen quedar incurso como partícipe necesario de un delito, ya que con esa ingeniosa prórroga de jurisdicción ficta [se refiere a labrar el acta del duelo ficticiamente en el Uruguay, pues el Código Penal uruguayo no lo contemplaba como delito] no creo que podamos zafar.

Claro es que ello podría salvarse celebrando el lance en el Centenario de Montevideo, y por qué no en Maroñas, donde este discutidor empedernido asistiría gustoso, estimando que todos los demás participantes, incluyéndolo al aguatero, serán gentecomouno a quienes bien les calzaría, por su prosapia y linaje, prorrogar la estancia de los que queden vivos unos días en Punta del Este, esa ciudad tan fea que queda del otro lado del Río de la Plata, justito enfrente de nuestra paradisíaca San Clemente.


Advierto bajo pena de ergástulo a concretar en la Barra de Maldonado, o si se prefiere en José Ignacio, que queda totalmente prohibido tomar esto como una vulgar ilécebra ( sí: "ilécebra", castellano puro, nada de lunfardismos ni otras vulgaridades que andan sueltas), tanto en lo que hace a las calidades personales de los participantes, como a las bondades del paisaje esteño y clementino.

He dicho,
Yo, El Alacrán.

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PARECE QUE EL ALACRÁN SE SINTIÓ TOCADO...

Por supuesto que me debo a mi público... en tanto y en cuanto me paguen los honorarios. Soy hombre de no arrobarme por edulcoradas ilécebras, ni por malintencionadas diatribas. He dicho yo, entre palangana y palangana de permanganato.
El Alacrán.

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Recuerdo al Alacrán que antes de la penicilina (nosotros no habíamos nacido) a las enfermedades ocultas y vergonzantes (chinches, blenorragias, gonorreas, etc.) se las trataba con permanganato. Me acuerdo cuando mi abuelo materno, en las charlas con sus amigos -que a veces oía de contrabando-, se refería a las "chinches mal curadas", que producían locura o algo parecido.
El Gran Maestre

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¡Correcto Gran Maestro! Por eso agregué al alcanfor y a la naftalina que en todo se utilizaban para otros menesteres... ¡Esas eran épocas!
Un abrazo,
El Alacrán

LOS HIPÓDROMOS “NACIONAL” Y “ARGENTINO”

Informe complementario
–datos recabados por el Alacrán


Sra. editora i responsable:

Respecto de la consulta a las fuentes, debo decir que con gusto concurrí a la Academia Nacional de la Historia en la que se me informó que la biblioteca ha cerrado sus puertas el último día hábil de 2007 y así permanecerá hasta el 03 de abril de 2008 ¡por falta de presupuesto!

Guiado por mi inefable sed de saber me constituí en la Biblioteca del Maestro del Palacio Pizzurno, en la que se me informó que para poder ver determinados libros hay que pedirlos por nota, tarea esta en la que me veo ahora embarcado.

Pero usted promete y ¡el Alacrán cumple!

Acabo de constatar en la Biblioteca del Museo de la Ciudad que es a los habitués del Hipódromo Nacional a los que hace alusión el dicho "En Pampa y la vía"...

He extraído fotocopias de documental fidedigna que V.E. podrá compulsar (en el estricto sentido del término) en la mencionada dependencia de la C.A.B.A.

E insisto, además, antes de que el corresponsal A.Gudo diga algo y para evitar la estocada, en que, en la época a que alude el dicho “En Pampa y la vía”, el ferrocarril aún no se se llamaba Mitre. Razón por la cual los tranvías transportaban a "la cátedra" desde el Hipódromo Nacional hasta la estación Belgrano del actual F.C.Mitre.

Téngase presente; agréguese, y sigan los autos según su estado.


Otrosí digo: Hay coincidencia de fuentes serias en que el hipódromo Nacional fue anterior al Argentino. Téngalo presente V.E. que también SERÁ JUSTICIA.

El Alacrán (alias el forofo de San Cristóbal).

P.S. : El primero que intente hacer algún juego de letras, o algo similar, con la palabra "forofo" será considerado incurso en el delito de calumnias e injurias. ¡Que quede claro!
YO, EL ALACRÁN.

QUEDARSE EN PAMPA Y LA VÍA

UN DICHO DE LOS BURREROS

-nota elaborada con la inestimable colaboración del Alacrán,
que ha prometido acudir a la Academia de la Historia y a los archivos del diario La Nación, a fin de obtener las precisiones que aquí faltan-


“Quedarse en Pampa y la vía” es un dicho de uso corriente –al menos en Buenos Aires–, pero tal vez no son muchos los que saben que tuvo su origen en el pueblo de Belgrano, en las inmediaciones de los hipódromos.

Ya desde mediados del siglo XIX se corrían por allí carreras cuadreras, muchas veces en la calle, algunas en el “camino de las cañitas”, y pronto comenzaron a aparecer los hipódromos, que fueron, al parecer, no menos de cuatro (los historiadores no se ponen de acuerdo).

Pero lo que es seguro es que, además del Hipódromo Argentino, conocido como el “de Palermo”, inaugurado en 1876 y que todavía existe en su emplazamiento original, existió el Hipódromo Nacional, en el predio que hoy ocupa el Club River Plate y las adyacencias.


Todos esos hipódromos han dejado su impronta en el actual barrio de Belgrano. Basta con darse una vueltita por el “bajo” para descubrir los studs, algunos de los cuales aún siguen funcionando, y otros que han sido transformados en escuelas de equitación y hasta en restaurantes, pero en los que todavía se puede ver la arquitectura inglesa original: un patio central rodeado de los boxes para los caballos.

El Hipódromo Nacional ha desaparecido pero ha dejado su huella, precisamente, en el dicho que da título a esta nota. Sucedía que para llegar hasta el lugar había que tomar un tranvía, que cubría el trayecto desde las Barrancas de Belgrano hasta el predio del hipódromo.

Es decir, desde Pampa y Av. Vértiz, junto a las vías de la estación Belgrano C del actual Ferrocarril Mitre, hasta el hipódromo; y vuelta a Pampa y la vía.

Pampa y la vía es en las Barrancas de Belgrano, junto a las vías del tren, que en ese tiempo se llamaba Ferro Carril del Norte.

El tranvía en cuestión era un ramal comúnmente llamado "la Combinación", que al decir del Dr. Julio A. Luqui Lafleyza, partía de Pampa (hoy La Pampa) y Av. Vértiz, iba por Pampa hasta la calle Blandengues (hoy Av. del Libertador), y seguía por ésta hasta Republiquetas (hoy Av. Crisólogo Larralde), con lo cual pasaba por delante del Hipódromo Nacional; subía por Republiquetas hasta Cabildo, seguía hasta Monroe y por ésta llegaba nuevamente a Blandengues, hasta Pampa, para terminar en Av. Vértiz.

Este este tranvía vendía pasajes de ida y vuelta -costaban diez centavos-, para que los burreros que habían perdido todo su dinero apostando a los pingos no se quedaran varados en el hipódromo.
En ese tiempo, volver hasta Pampa y la vía era acercarse un poco a la "civilización". Después tenían que arreglárselas de cualquier modo para llegar a sus casas.

De entonces viene la expresión QUEDARSE EN PAMPA Y LA VÍA como sinónimo de quedarse desamparado y sin un centavo, abandonado a la buena de Dios.

domingo, 17 de febrero de 2008

El hombre mediocre

En razón de lo expresado por el Maestro Zen Sato acerca la nota titulada "LOCO –definición-", publicada en este fastidioso blog, se hace necesario dar a conocer la siguiente definición:


ANORMAL
adj. Que no responde a la norma.
En cuestiones de pensamiento y conducta ser independiente es ser anormal y ser anormal es ser detestado.
En consecuencia, el autor aconseja parecerse más al Hombre Medio que a uno mismo. Quien lo consiga obtendrá la paz, la perspectiva de la muerte y la esperanza del Infierno.
Ambrose Bierce
DICCIONARIO DEL DIABLO



Del hombre mediocre ya ha hablado in extenso el filósofo argentino (nacido en Italia) José Ingenieros (1877-1925). No vale la pena gastar más tiempo en ello (basta con mirar alrededor de uno), pero no está de más recordar un pasaje de su libro:

Mirando TV
EL HOMBRE MEDIOCRE
El hombre mediocre es una sombra proyectada por la sociedad; es por esencia imitativo y está perfectamente adaptado para vivir en rebaño, reflejando las rutinas, prejuicios y dogmatismos reconocidamente útiles para la domesticidad.
...el mediocre adquiere el "alma de la sociedad". Su característica es imitar a cuantos le rodean: pensar con cabeza ajena y ser incapaz de formarse ideales propios.

LOCO –definición–

adj. Dícese de quien está afectado de un alto nivel de independencia intelectual; del que no se conforma a las normas de pensamiento, lenguaje y acción que los conformantes han establecido observándose a sí mismos; del que no está de acuerdo con la mayoría; en suma, de todo lo que es inusitado.

Vale la pena señalar que una persona es declarada loca por funcionarios carentes de pruebas de su propia cordura. Por ejemplo, el ilustre autor de este Diccionario no se siente más convencido de su salud mental que cualquier internado en un manicomio, y -salvo demostración en contrario- es posible que en vez de la sublime ocupación a que cree dedicar sus facultades, esté golpeando los puños contra los barrotes de un asilo y afirmando ser Noé Webster [autor del diccionario Webster], ante la inocente delectación de muchos espectadores desprevenidos.
DICCIONARIO DEL DIARIO
Ambrose Bierce

La única diferencia entre un loco y yo,
es que yo no estoy loco. (S. Dalí)

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Comentarios de un lector
(Éste fue recibido por e.mail privado, pero Ud. puede enviar su mensaje al blog).
El Maestro Zen Sato dice que:

a) están proyectando una película titulada "SOY LEYENDA"; b) que dicha película, aunque es entretenida, solo se parece a la novela en que está basada en el título; c) que según el final de la película, el protagonista se habría convertido en leyenda por ser un benefactor de la humanidad.

Ahora bien, la novela (publicada por Minotauro en su colección de CF) tiene relación con el texto y lo que dijo Bierce.
Es muy simple: la pregunta que surge después de leerla es ¿qué es ser normal? Argumento:
En 1976 el mundo ha sido devastado por una plaga que convirtió a los humanos en vampiros, que solo salen de noche.
El único sobreviviente no infectado es acechado por los "otros" y se defiende tratando de eliminarlos, mientras busca empíricamente una vacuna contra el mal.
Fracasa y es capturado por los "otros" y condenado a muerte. Cuando está en la cárcel a punto de ser ejecutado, mira por la ventana y ve a una multitud de "otros" que esperan su ejecución porque le tienen miedo por ser "diferente".
Entonces, él se pregunta qué es ser normal en un mundo donde cambiaron las reglas y comprende que es el único ser humano distinto (digamos, modelo antiguo) en un mundo nuevo, y dice "soy leyenda".
Nada que ver con la película.

Maestro Zen Sato

sábado, 16 de febrero de 2008

Cónyuges


LOS CÓNYUGES,
unidos al yugo del matrimonio



El yugo es un instrumento de madera al cual se uncen por la cabeza o el cuello los bueyes o las mulas que forman la yunta. Como consecuencia, las dos bestias quedan unidas y deben seguir el mismo camino. La palabra viene del latín iugulum, que significa garganta –por eso se llaman yugulares las venas del cuello–.

Así surge el sentido metafórico de la palabra yugo: carga pesada, prisión, atadura; fuerza superior que sujeta y obliga a obedecer.

Por la misma razón, quienes contraen matrimonio reciben el nombre de cónyuges: son dos seres ligados al mismo yugo, de forma tal que uno no puede elegir o cambiar la ruta sin involucrar al otro. Con razón se les llama también consortes, es decir, partícipes de la misma suerte.

Así es un yugo:

Fuerte, ¿no?

Además, a los cónyuges o consortes, también se los llama esposos, y esto ha dado lugar a que, por metáfora, ya de antiguo se denomine esposas a las manillas metálicas que utiliza la yuta para sujetar a los prisioneros.

En fin, qué más podría deciros, si os habéis casado: agua y ajo.


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Comentarios de un lector

(Éste llegó por e.mail privado, pero Ud. puede dejar el suyo en el blog).

Es curioso de notar que en las parejas en formación algunas veces uno de los participantes -o ambos- se siente subyugado por el otro, estado transitorio que termina cuando la realidad le pasa por encima, al tener que compartir la coyunda (llamada también unión conyugal).

Corresponsal: A.Gudo

Virreyes del Río de la Plata


LOS VIRREYES
unos hombres que se convirtieron en calles
–responsable ideológico: el Alacrán
(Le di esta changa para que morigere sus invectivas).


Vaya uno a saber por qué extraña metamorfosis esos señores de carne y hueso que vinieron al Virreynato del Río de la Plata representando al rey de España, los virreyes, se convirtieron en calles.

Pero lo cierto es que por ahí andan, desparramados por toda la ciudad de Buenos Aires, haciendo gala, todavía, de sus títulos de virreyes.

Esperemos que no estén tramando ninguna vuelta de la monarquía –aunque tal vez no sería del todo malo (?)–, porque quienquiera que recorra el elegante barrio porteño de Belgrano podrá descubrirlos allí reunidos. Sin mucho esfuerzo encontrará a Avilés, Olaguer y Feliú, Arredondo, Loreto, del Pino, y a uno agrandado, que no se conformó con simular ser una calle y aparece como avenida: Vértiz.

Otros andan entreverados –seguramente para despistar y que no puedan acusarlos de asociación ilícita–, como Melo (una cortada a la altura de J.B.Justo al 7300); Liniers (que como no fue muy querido por los realistas españoles, en plan tal vez de volver y por si quisieran fusilarlo de nuevo, se esconde, y hay que buscarlo cerca del aristocrático barrio donde vive esta editora i responsable –es decir, por San Cristóbal–); Cisneros (calle de una cuadra que aparece a la altura de J.B.Justo al 5000); y Cevallos (calle muy importante, la segunda paralela a la Av. Entre Ríos hacia el lado del bajo, en el barrio de Montserrat).

Menos suerte han tenido unos personajes a quienes no les funcionó bien el disfraz, a saber: el virrey Sobremonte, que durante las invasiones inglesas puso pies en polvorosa rumbo a Córdoba, llevándose los tesoros del rey, y fue tildado de cobarde; y el virrey de Elío (último designado para el Río de la Plata), que desde Montevideo declaró rebelde a Buenos Aires...
Así que a estos dos no los busque en la ciudad: son algo así como proscriptos.

No obstante, por si algún nostálgico quiere redimirlos, un pasaje de apenas media cuadra, en las inmediaciones de Av. de los Constituyentes y Chorroarín, recuerda a todos estos reyes de pacotilla: Virreyes.


NOMBRE DE LAS CALLES Y DE LOS QUÍAS -EN SU ORDEN-
Virrey Cevallos / Pedro Antonio de Cevallos
Av. Virrey Vértiz / Juan José de Vértiz y Salcedo
Virrey Loreto / Cristóbal del Campo – Marqués de Loreto
Virrey Arredondo / Nicolás Antonio de Arredondo
Virrey Melo / Pedro Melo de Portugal y Villena
Virrey Olaguer y Feliú / Antonio Olaguer y Feliú
Virrey Avilés / Gabriel de Avilés y del Fierro – Marqués de Avilés
Virrey del Pino / Joaquín del Pino y Rozas
(no tiene chapa) / Rafael de Sobremonte – Marqués de Sobremonte
Virrey Liniers / Santiago de Liniers
Virrey Cisneros / Baltasar Hidalgo de Cisneros
(no tiene chapa) / Francisco Javier de Elío

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Comentarios de los lectores

(Éstos llegaron por e.mail privado, pero Ud. puede dejar el suyo en el blog).

Respecto a este minitexto, el responsable ideológico o la i responsable ha incluido un mapa falso de toda falsedad porque -a mi entender- los reyes nunca adjudicaron la Antártida (y, para colmo, el actual sector argentino) a la Intendencia de Buenos Aires.

Corresponsal: A.Gudo

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¡Ajá! Parece cierto. Muy agudo. Se le enviará al responsable ideológico, porque la i responsable nada sabe. (N. de la E. i R.)

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El agudo comentario merece dos observaciones:

PRIMERA. el mapa falso de toda falsedad no es, porque desde lo material y por más más tautológica que parezca la cosa, un mapa es un mapa.

SEGUNDA: No me parece mal que en un mapa de época se incluya (como por ensalmo) al sector antártico argentino, pues más allá del petróleo que pueda haber abajo, es evidente que hay hielo para unas cuantas bolsas de rolitos.

No obstante, dado el componente histórico jurídico del tema en trato, sugiero que pase el caso a conocimiento del Gran Maestre de Todas las Historias, para que fije la doctrina definitiva que causará estado en estas actuaciones.

El Alacrán

La calle Blandengues

BLANDENGUES
Una calle que barrió el progreso
y tuvo que mudarse a otro barrio

-responsable ideológico: el Alacrán-


Si usted cree que blandengue es algo blando de aspecto poco grato, está en lo cierto, y si cree que se le llama así a una persona debilucha, también. Es de notar que, a pesar de lo sospechoso del término, no es lunfardo ni lenguaje de la calle, sino correcto castellano.

Pero además Blandengues era el nombre de un batallón de soldados (en su origen, armados con lanzas), que defendían a Buenos Aires de los indios.

Y su nombre formó parte de las calles del Bajo Belgrano, junto con otros que aún hoy recuerdan a batallones de la primera época de nuestra historia:

Cazadores – Artilleros – Montañeses – Dragones
– Migueletes – Arribeños – Miñones – Húsares


Todos ellos subsistieron, pero a Blandengues, que era la calle principal, la que concentraba el movimiento de la zona, la barrieron del plano de Belgrano: desapareció cuando ensancharon la Avda. del Libertador.

Tan característica era, que fue elegida como emblemática del barrio por Francisco García Jiménez, autor del tango “Bajo Belgrano”:

Calle Blandengues, donde se asoma
la morochita linda y gentil...


El tango, escrito en 1926, tiene música de Anselmo Aieta, y fue grabado por Carlos Gardel el 17 de diciembre de ese mismo año.


Pobres Blandengues. A pesar de sus muchos servicios a la patria, en nombre del Libertador los desalojaron de Belgrano y tuvieron que mudarse a otro barrio.

Ahora los Blandengues residen en un pasaje de una cuadra de extensión que está en Barracas al Sur, cerca de la estación de cargas Buenos Aires y próximo a la sede del Club Barracas Central.


Con todo respeto por esos patriotas y por sus nuevos vecinos:

¡No es lo mismo ser profundo que haberse venido abajo!


domingo, 10 de febrero de 2008

Qué significa ANDAR EN PELOTA[S]

La palabra pelota tiene dos orígenes (o dos raíces, si lo prefiere).

1) pelota viene del provenzal “pelota”.
Específicamente, es una bola de material elástico -hueca o maciza-, que le permite rebotar, y que se usa en diversos juegos y deportes. También se le llama así a una bola hecha de cualquier material blando, p. ej. de papel, de trapo.
Además, se emplea para denominar o describir objetos aproximadamente esféricos, de material blando.
En fin, cualquiera sabe qué es una pelota.

2) pelota viene de “pelo”.
Es una batea de piel de vaca empleada para pasar los ríos.
La locución “en pelota[s]”, que significa “desnudo, en cueros”, tiene su origen en esta palabra, la que viene de “pelo”. Un ejemplo claro: “montar en pelo”.

Vea cómo usaba esta locución el General San Martín:

Compañeros del Ejército de los Andes: La guerra se la tenemos que hacer como podamos: si no tenemos dinero; carne y tabaco no nos tiene que faltar. Cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos tejan nuestras mujeres y si no andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios, seamos libres y lo demás no importa. Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje.


Ahora ya lo sabe: andar “en bolas” es una vulgaridad.
La gente culta anda “en pelota[s]”.

He dicho.

El sueño de la razón produce monstruos

Francisco Goya y Lucientes (1746-1828)

Nació en Zaragoza, donde se inició como aprendiz de pintor hasta 1763, año en que viajó a Madrid; allí realizó sus primeras obras religiosas e ingresó en la corte. En 1789 Carlos IV lo nombró pintor oficial de Palacio. Entre 1800 y 1803 realizó dos de sus cuadros más célebres: La Maja desnuda y La Maja vestida; y luego de la ocupación francesa pintó Los fusilamientos del 3 de mayo, su pintura más famosa. En 1824 se exilió en Burdeos (Francia), donde murió.

Una enfermedad lo dejó completamente sordo y marcó un punto de inflexión en su carrera. Sus aguafuertes, desligadas de la representación histórica, del realismo costumbrista, de la finalidad discursiva, inauguraron en el arte la modernidad.

Hacia finales de 1780 comenzó a grabar la serie de planchas conocida como "Los caprichos" (caprichos era la denominación general de fantasías, sátiras, comentarios burlones).

En ellos, escenas con personajes deformes, demoníacos, representan los vicios y la sinrazón.

El Capricho 43 - El sueño de la razón produce monstruos -considerado por muchos críticos como el más claro precedente del surrealismo-, muestra los monstruos que afloran del inconsciente -del hombre y de la sociedad- cuando la razón se adormece.

COMENTARIOS DE UN LECTOR

Hola, Viviana... gracias por tu mensaje... Creo que hubo una malinterpretación de mis palabras o yo me expliqué mal, demasiado corrido, era madrugada y estaba cansado... Lo que te decía o quería decirte es que el comentario que tú hacías de Goya, era "estúpido" (perdona por usar esa palabra)... que la obra y el sentido de Goya son tan grandes y tan profundos, tan sublimes acaso en algunos momentos, que esas frases que habías compuesto acerca de él en vez de ser un homenaje lo mancillaban, que lo empequeñecían y alteraban sustancialmente... Que para un gran hombre y artista como Goya hay que esforzarse como él, intentar entrar en su alma, en su significado, con palabras grandes... o por lo menos sentidas pero también las adecuadas, las necesarias, las que son... no con caricaturas... Por favor, si no puedes hacerlo tú personalmente búscalas en otra mucha gente que ha escrito de Goya no sólo con pasión sino también bien, con rigor y con belleza literaria... Y si quieres hacerle un homenaje de verdad pon sus obras en silencio... y mientras tanto busca, lee, aprende, aprende a escribir y a expresar tus sentimientos con tus mejores palabas... Eso quiero decir, Goya se lo merece... los que leemos y escribimos nos lo merecemos... tú te lo mereces por tu sensibilidad, pero también porque aprecias la belleza y estás contra la estupidez... A veces las palabras son tan estúpidas como las personas... Gracias... No hace falta que pongas esto en tu blog... es una cosa para ti... Saludos afectuosos... Pau